De origen inglés,
el ginger ale se popularizó en el siglo XIX. Pasado el tiempo, este refresco
elaborado esencialmente con jengibre alcanza la categoría Premium de manos de Q
Drinks. Suyo es Q Ginger, algo diferente.
Porque no
existe nada parecido a Q Ginger. Natural, a base de agua triplemente
purificada, con extracto de jengibre, agave orgánico -y no siropes de maíz con
fructosa-, jugo de limón, piel de naranja y también aceite de rosas, cardamomo,
cayena y cilantro. Es decir, una mezcla de botánicos exóticos: cítricos,
dulces, picantes… Y un resultado, insuperable.
Profundo y complejo, ahí radica
la personalidad de este ginger ale destinado a un público adulto, ya que se
trata de una bebida para combinar y para paladares cultivados. Es una
genialidad del estadounidense Jordan Silbert que ha dado la vuelta a medio
mundo.
Animado por
el éxito de QTonic y por su excelente introducción en multitud de países, quiso
atreverse con algo más, algo que fuera auténtico, moderno y especial: un ginger
ale, que rompiera lo establecido y que no fuera excesivamente dulce. Concibió
algo sugerente, picante, ligeramente endulzado y a la vez refrescante, de forma
que siempre apetezca beberse uno más.
Porque todo
en él es natural, se consigue el porcentaje calórico más bajo de toda la gama
de ginger ales del mercado actual. Ni más ni menos que 60 calorías por 237 ml.
Además de su liviano aporte, cada ingrediente ha sido elegido por su sabor y
calidad. Por todo ello, es ideal para tomar solo, con hielo, o acompañando a
múltiples destilados: vodka, ginebra, ron, whisky…
Así sucede
en las barras de moda de aquí y de allá, de Inglaterra, Estados Unidos, Francia
y, por supuesto, España en las que se mezcla este refresco Premium y se crean
cócteles tan sofisticados como Moscow Mule, según la receta de 1941 en la
taberna Cock n’ Bull de Sunset Strip, de Los Ángeles, a base de vodka, zumo de
lima, angostura y Q Ginger.
Con ginebra, zumo de lima y hojas de menta se crea
el Gin Mule, y con whisky escocés y soda, The Presbyterian. Para los que no
beben alcohol, resulta perfecto Pink Ginger con una pizca de bitter y una
rodaja de limón.
Si el
contenido es insuperable, el continente no lo es menos. Se trata de una botella
de cristal transparente y de líneas delicadas que preserva el sabor y todas las
cualidades, entre ellas, el gas.
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