Este producto de flores de hibiscus en sirope fue descubierto
en una fiesta de Australia en 1998, cuando Lee Etherington y un grupo de amigos
en broma sumergió una flor silvestre carmesí en una copa de champán,
comprobando la gran belleza que presentaba esta flor en la copa. Después
de aquella cena, Lee comenzó a desarrollar el producto de flores comestibles
Hibiscus. La flor de hibuscus tuvo una estupenda acogida tanto a nivel
nacional como internacional, convirtiéndose en un producto innovador tanto en
coctelería como en cocina gourmet.
La flor de hibiscus salvaje (karkadé) es comestible. El envasado manual
preserva su calidad degustativa y su forma delicada.
Su color y sabor provienen únicamente de las flores, hervidas en tarros
sellados con agua mineral y azucar de caña. 100% natural. Su gusto recuerda la
frambuesa, y su textura carnosa al litchi.
La mejor manera de guardar el sabor original de esta "flor fruta"
es mantenerla en su propio almíbar. Una vez abierto se deberá de guardar en frío,
y conserva todas sus propiedades hasta cuatro meses.
La polivalencia del hibiscus salvaje permite incorporarlo a preparaciones
culinarias como postres, rellenos, ensaladas... Rociada con cava, vino espumoso
o alguna bebida gaseosa, la flor potencia las burbujas y abre sus pétalos,
propiciando la creación de sabrosos y atractivos cócteles.
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