martes, 18 de junio de 2013

Q GINGER - UN GINGER ALE PREMIUM



 

De origen inglés, el ginger ale se popularizó en el siglo XIX. Pasado el tiempo, este refresco elaborado esencialmente con jengibre alcanza la categoría Premium de manos de Q Drinks. Suyo es Q Ginger, algo diferente.

Porque no existe nada parecido a Q Ginger. Natural, a base de agua triplemente purificada, con extracto de jengibre, agave orgánico -y no siropes de maíz con fructosa-, jugo de limón, piel de naranja y también aceite de rosas, cardamomo, cayena y cilantro. Es decir, una mezcla de botánicos exóticos: cítricos, dulces, picantes… Y un resultado, insuperable.

Profundo y complejo, ahí radica la personalidad de este ginger ale destinado a un público adulto, ya que se trata de una bebida para combinar y para paladares cultivados. Es una genialidad del estadounidense Jordan Silbert que ha dado la vuelta a medio mundo.

Animado por el éxito de QTonic y por su excelente introducción en multitud de países, quiso atreverse con algo más, algo que fuera auténtico, moderno y especial: un ginger ale, que rompiera lo establecido y que no fuera excesivamente dulce. Concibió algo sugerente, picante, ligeramente endulzado y a la vez refrescante, de forma que siempre apetezca beberse uno más.

Porque todo en él es natural, se consigue el porcentaje calórico más bajo de toda la gama de ginger ales del mercado actual. Ni más ni menos que 60 calorías por 237 ml. Además de su liviano aporte, cada ingrediente ha sido elegido por su sabor y calidad. Por todo ello, es ideal para tomar solo, con hielo, o acompañando a múltiples destilados: vodka, ginebra, ron, whisky…

Así sucede en las barras de moda de aquí y de allá, de Inglaterra, Estados Unidos, Francia y, por supuesto, España en las que se mezcla este refresco Premium y se crean cócteles tan sofisticados como Moscow Mule, según la receta de 1941 en la taberna Cock n’ Bull de Sunset Strip, de Los Ángeles, a base de vodka, zumo de lima, angostura y Q Ginger.

Con ginebra, zumo de lima y hojas de menta se crea el Gin Mule, y con whisky escocés y soda, The Presbyterian. Para los que no beben alcohol, resulta perfecto Pink Ginger con una pizca de bitter y una rodaja de limón.

Si el contenido es insuperable, el continente no lo es menos. Se trata de una botella de cristal transparente y de líneas delicadas que preserva el sabor y todas las cualidades, entre ellas, el gas.


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